“El avance territorial de la Tucura Sapo representa una seria amenaza para los pastizales naturales y la producción agropecuaria de la región”, advirtió el SENASA en el documento oficial.

Una amenaza endémica de la Patagonia

La Tucura Sapo es un insecto herbívoro polífago, capaz de alimentarse de una amplia variedad de plantas -entre ellas, gramínea y leguminosa-. Su presencia abarca desde el sur de Río Negro hasta el sur de Santa Cruz y su ciclo biológico está completamente adaptado al clima patagónico: los huevos permanecen bajo tierra durante el otoño e invierno, mientras que las ninfas emergen a fines de la primavera o comienzos del verano.

En su etapa adulta, estos insectos pueden formar agrupamientos densos que consumen extensas superficies de pasturas naturales, afectando tanto la vegetación nativa como la producción ganadera. Aunque no representan riesgo sanitario para humanos o animales, su impacto económico y ambiental puede ser severo, especialmente sobre los pastizales naturales y cultivos forrajeros que sostienen la economía rural patagónica.

Denuncias obligatorias y control en el territorio

El SENASA estableció que toda persona que detecte ejemplares -ya sean huevos, ninfas o adultos- deberá notificarlo de inmediato al organismo sanitario. Los productores, además, están obligados a realizar tareas de control con productos fitosanitarios autorizados y a permitir el ingreso de agentes oficiales para las labores de fiscalización.

Para coordinar las acciones en el territorio, el organismo creó la Mesa Interinstitucional para el Manejo de Tucuras en la Patagonia (MTP), que integrará a representantes del INTA, los gobiernos provinciales, universidades y entidades privadas. Esta instancia buscará unificar estrategias de monitoreo y control, además de fortalecer la cooperación técnica frente a la amenaza.