La idea era aprovechar el chasis, desmantelar lo que quedaba, remover los asientos y convertir esos viejos hierros oxidados en una vivienda rodante, pero algo sospechoso puso una pausa en las tareas; al remover uno de los paneles del baño de la unidad, el nuevo dueño del bus notó "un parche" detrás del espejo, donde se topó con unos 6 kilos de cocaína que permanecían ocultos en envoltorios encintados.

"Esa cantidad de droga está valuada en 90 mil dólares (casi 10 millones de pesos)", indicaron fuentes policiales. Los efectivos que se hicieron presentes realizaron las pericias preliminares y determinaron la antiguedad de la droga: "La cocaína tenía un color amarillento, lo que indica que llevaba en ese lugar muchos años".

Según estimaciones, los paquetes estuvieron escondidos en ese sitio por al menos 20 años. La Delegación de Toxicomanía de General Roca procedió a secuestrar la droga y desmantelar el resto del vehículo, y la causa recayó en el Juzgado Federal de esa misma ciudad.

De momento no se halló más cocaína y tampoco se pudo avanzar con el origen de la misma. A su vez una fuente judicial expresó que "si estamos hablando que esta droga lleva escondida más de dos décadas, ya no hay delito que investigar". Es que -según explicaron- debido al tiempo transcurrido, el delito ya prescribió.