Villaverde está bajo la lupa por su relación con Claudio Ciccarelli, primo y mano derecha de Federico “Fred” Machado, un empresario detenido con pedido de extradición a Estados Unidos por lavado de dinero y narcotráfico.

Machado, además, es señalado como una pieza clave en el armado político que llevó a José Luis Espert a la candidatura. Lejos de abordar la gravedad de estas conexiones, la diputada optó por un gesto tan teatral como inútil: hacerse un análisis para descartar consumo personal de drogas, como si eso tuviera alguna relevancia en una investigación federal que apunta a un entramado de crimen organizado.

En su cuenta de X, Villaverde escribió: “No me interesa entrar en el barro ni responder agravios” y aseguró que prefiere “demostrar con hechos que se puede hacer política con transparencia”. También afirmó que los estudios son “un gesto” para generar confianza, compartiendo un link con los supuestos resultados.

Sin embargo, el movimiento no hizo más que exponer su confusión sobre las acusaciones, que no se centran en su vida personal, sino en sus vínculos políticos y empresariales.