El hecho provocó que los sectores del PRO provincial decidieran romper la coalición electoral con los libertarios, denunciando que Villaverde “nunca aclaró sus conexiones” y que el armado nacional de Milei “se maneja con total impunidad y desprecio por la transparencia”.

Wiñazky reveló que existen movimientos financieros sospechosos entre Villaverde y allegados a Machado, el mismo personaje que —según reconoció el propio Espert— le prestó dinero y lo invitó a su casa. “Nunca le devolví la plata, pero cuando supe que era narco no le agarré un mango más”, había dicho el economista días atrás, intentando justificar lo injustificable.

La crisis política golpea de lleno al oficialismo, que suma otro capítulo de corrupción y connivencia con el narcotráfico, mientras el presidente Javier Milei mira para otro lado. La cúpula libertaria, lejos de apartar a los involucrados, cerró filas para proteger a Espert y Villaverde, consolidando una imagen cada vez más deteriorada ante la opinión pública.

En Río Negro, la fractura dejó en evidencia el hartazgo del propio macrismo con los manejos del gobierno nacional, que acumula escándalos mientras la economía se desmorona. “No vamos a compartir un espacio con candidatos manchados por causas de drogas”, afirmaron dirigentes locales del PRO, marcando distancia del libertarismo y de un Espert cada vez más comprometido con los negocios turbios de sus aliados.

El caso Villaverde-Machado-Espert se suma a una larga lista de irregularidades que exponen la doble moral del gobierno de Milei, que se jacta de “terminar con la casta” mientras la rodean personajes con vínculos con el delito y la corrupción.