El “Gran Acuerdo” de Weretilneck se desmorona y lo deja aislado políticamente

El senador Doñate admite que el pacto provincialista falló, mientras una encuesta preelectoral deja a Weretilneck tercero, superado por fuerzas nacionales.
El “Gran Acuerdo Rionegrino” —la alianza entre JSRN encabezada por Alberto Weretilneck y el Movimiento Nacional Justicialista liderado por Martín Doñate— mostró grietas profundas. Doñate decidió no renovar su banca y confirmó que el pacto fracasó, al tiempo que enfoca su futuro en la militancia política y su proyecto de volver a ejercer como abogado, lejos de la arena electoral provincial.
La combinación del aislamiento político interno —tras el fracaso del pacto electoral— y la baja aprobación social ubica a Weretilneck en una misión cuesta arriba. Su estrategia parece ser ajustar el discurso sin renovar el aparato político ni reactivar las alianzas territoriales.
El tramo final de la gestión de Weretilneck en Río Negro se define por la soledad política. El “Gran Acuerdo” que selló su poder se quebró y mostró la fragilidad de una estrategia basada en pactos electorales más que en proyectos reales. Con una elección cada vez más polarizada, el virtual ex gobernador enfrenta un desafío inédito: recuperar legitimidad, algo que hoy parece fuera de su alcance.