Política
¿Nacidos para segundear?

La desesperación por el triunfo electoral llevó a Weretilneck a aliarse con la "resaca" dirigencial de Cortés

Ya inició la danza de los nombres, ¿qué les espera a los rionegrinos en las elecciones? (Dibujo: NOVA)

El gobernador Alberto Weretilneck se abrazó al intendente de Bariloche, Walter Cortés, para apuntalar su frente Juntos Defendemos Río Negro de cara a las elecciones de octubre.

El acuerdo, sellado en un acto en Cipolletti, suma al Partido Unión y Libertad (PUL) de Cortés a la alianza provincial, un intento de Weretilneck por fortalecer su tambaleante estructura en la región andina, donde el PRO y La Libertad Avanza amenazan con dar un batacazo. La jugada no es casual.

Bariloche, con sus 110 mil votantes, es un bastión electoral que define el rumbo provincial. Pero Juntos Somos Río Negro (JSRN) nunca logró armar una base sólida en la ciudad lacustre, desgarrada por internas, la fallida candidatura de Arabela Carreras a intendenta y un Concejo Municipal fragmentado.

Weretilneck, oliendo el peligro, decidió aliarse con Cortés, un peso pesado peronista que controla el mapa barrial y el poderoso Sindicato de Comercio local.

Desde el entorno del intendente, justifican el pacto como un “agradecimiento” al buen vínculo con la provincia desde 2023. “Conmigo se ha portado muy bien y si se porta bien conmigo se porta bien con la gente”, dijo Cortés, sin sonrojarse.

El acuerdo tiene dos objetivos claros: respaldar el referéndum popular impulsado por Cortés y marginar al exintendente Gustavo Gennuso, hoy una sombra en JSRN. Pero la apuesta es arriesgada. Weretilneck descartó a Agustín Domingo, aliado clave de Cortés, para imponer a Juan Pablo Muena como candidato a diputado, lo que generó tensiones.

Aun así, Cortés, pragmático, salió a bancar a los “candidatos del pueblo” del gobernador: para el senador López, “un tipo humilde que tiene futuro”; para Muena, “un hombre que un día lo vamos a ver en la fiambrería, otro día caminando por la calle”.

En el Concejo de Bariloche, donde tres ediles del PUL, tres de JSRN, tres peronistas, un PRO y un monobloque hacen de cada sesión un campo de batalla, la alianza busca imponer la agenda de Weretilneck. Juan Pablo Ferrari, jefe del bloque JSRN, admitió esta semana que “la gente está cansada de la rosca partidaria”, un mea culpa que suena a poco frente a la marea amarilla y libertaria que avanza.

El PUL, fundado en 2002 para impulsar a Rodríguez Saá, resurgió con Cortés, quien en 2023 ganó la intendencia con apenas el 19 por ciento de los votos, capitalizando el descontento y la baja participación.

Ahora, Weretilneck apuesta a ese caudal barrial para no perder terreno. La campaña incluirá actos y charlas vecinales, con ambos caciques recordando que gobiernan bajo la “motosierra” de Casa Rosada.

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