Lo más sensato en una lista para candidatos es que vayan al menos los dos candidatos principales como imagen de la lista, pero en este caso hubo un gran problema y algunos pusieron el grito en el cielo. La imagen de la boleta solo tenía una persona y ella era Ana Marks, quien es la representante de La Cámpora y no estaba acompañando la imagen de Jose Luis Berros, el legislador roquense auspiciado por el clan Soria para que acompañara a la barilochense.

Eso trajo revuelo y acusaron a La Cámpora, como un sector egoísta y sectario (Chocolate por la noticia), a lo que luego después de tantas discusiones se incluyó la imagen de Berros junto a Marks en la boleta. Desde el “doñatismo”, dijeron que la sola imagen de Ana Marks era comprensible porque iba a ser la futura diputada en representación del Frente de Todos en el Congreso, a lo que alegaron desde sectores del peronismo, que tiene que ir la imagen de los precandidatos, como tenía que ser y como ya históricamente se hacía. Luego de varios encontronazos, se decidió incluir las dos caras de la lista 501 del Frente de Todos.

En conclusión, el futuro del Frente de Todos se reduce en una sola composición, La Cámpora. Y es el fiel reflejo de lo vemos en las antípodas nacionales. Martín Soria pretende ser alguien como su papa (el Gringo Soria), donde tenía grandes lazos nacionales en la época cuando fue uno de los impulsores de las medidas del Gobierno de Eduardo Duhalde. A modo comparativo, su padre, el gobernador de la Provincia que luego falleció a los pocos días de asumir, no regaló el armado provincial como si lo hizo el actual ministro de Justicia, donde de ahora en más nunca van a tener el poder de decisión y solo van a tener el control de una sola ciudad de Río Negro (General Roca).