Hace unos meses la mismísima gobernadora Arabela Carrera había anunciado que los sueldos de los estatales y obligaciones con proveedores se verían agravados por falta de fondos y es lo que ocurrió en este mes de julio para pagar los aguinaldos. Río Negro tiene una grave problema por las malas políticas internas implementadas y por no haber podido controlar y administrar la caja.
Tal es así, que hoy prácticamente el Gobierno está en una virtual quiebra económica, le costó muchísimo pagar aguinaldos y para enfrentar la grave crisis en todo país por la subida de precios, no va a poder pagar obligaciones de aumentos salariales de acá a diciembre. Sumado a esto, el Gobierno nacional anunció un cambio de transferencia de dinero a las Provincias, caja que anteriormente manejaba la actual ministra de Economía, Silvina Batakis.
Las transferencias que Nación le hace a las provincias tendrán un feroz ajuste u eso golpeará prácticamente a Río Negro que básicamente el 60 por ciento de su puesto es para el gasto del Estado, entre ellos sueldos, proveedores y mantenimiento.
En el ministerio de Economía de Río Negro, se agarran de los “pelos” para tratar de revolver la situación de acá a diciembre, los gremios pujan por una suba salarial a los trabajadores del Estado y desde la semana que viene ya empezarían los paros y movilizaciones por no haber llegado a un acuerdo en las paritarias.
Pero si bien esta cuestión en parte es por la crisis en el país, otras provincias no tienen los mismos problemas económicos que Río Negro, porque supieron administrar bien su economía, en cambio la administración de Arabela Carreras gasto por decisión de ella misma más de lo que tenía, como la compra del avión sanitario valuado en más de 4 millones de dólares, subsidios incontrolados a clubes, empresas y hasta organizaciones eclesiásticas.
Lo único que salvaría a la provincia a pasar los próximos meses es que la recaudación por esta temporada de invierno en Bariloche, que viene siendo excelente puedan robustecer la caja y así hacerle frente a las obligaciones hasta diciembre, sino la economía provincial podría llegar a tener los mismos problemas que ocurrió en el 95 cuando el mismísimo gobernador de ese entonces, Horacio Massaccesi, entró al banco de la Provincia y con sus propias manos le pagaba a los empleados estatales.
