Panorama Político de Río Negro
La guerra por el poder

La gobernadora quiere armar su propia tropa

Las internas dentro de Juntos Somos Río Negro, perjudica claramente al Gobierno y es por eso que Arabela Carreras ya hace tiempo se dispuso a armar su ejercito para hacerle frente a Weretilneck .(Dibujo: NOVA)

Se torna habitual que, en ciertos momentos de la política, alguien que dispuso que su reemplazante natural no siempre sea la persona de más confianza y fiel que puede tener, un claro ejemplo puede ser en el Gobierno nacional, donde Cristina Fernández de Kirchner le dejo el cargo a Alberto Fernández, por lo que luego las diferencias dentro de la ejecución de distintas políticas se dirimen y ocasionan roces que pueden ser perjudiciales en los ánimos de gestionar. Lo mismo, pero en otra sintonía ocurre en Río Negro, donde Alberto Weretilneck dispuso en el 2019 a la ex ministra de turismo y deporte para sea la gobernadora de la Provincia, siendo Arabela Carreras una persona sin banca partidaria y de un grupo político que le pueda declinar el centro del poder al ex gobernador.

La imposibilidad del actual senador nacional de reelegir en ese entonces, era imposible como dice la constitución provincial, es por eso que Weretilneck decidió que la reemplazante al cargo más importante de Río Negro, sea Arabela Carreras, una persona que siempre iba a estar consensuando las políticas y las decisiones para la Provincia. Eso fue lo que charlaron tantas veces para que se siga un camino exitoso que había logrado el ex gobernador, por lo que la misma línea de esos proyectos seguirían su misma lógica.

Si bien muchos de los proyectos políticos de Weretilneck en sus 8 años siguen en su camino, lo que cambio es una vez que asumió Carreras, no quería que nadie le “soplara la nuca” en lo que tenía que hacer y decir. Eso fue claro y no cayó muy bien, pero se respetó, lo que no cumplió Carreras es no cambiar la vieja tropa que funcionaba a cambio de otros dirigentes que no tenían la gran experiencia en cargos tan importantes en el Gobierno. La mandataria echó a varios funcionarios dentro del Ejecutivo y dispuso de otros a modo de armar su tropa de dirigentes para proyectar en el futuro, un poder territorial para hacerle frente a los allegados a Weretilneck.

Ya no quedan dudas que dentro de la senda oficialista hay una grieta muy difícil de unir, por un lado, se encuentran los “albertistas” donde son mayoría y tienen el poder real territorial de la Provincia de Río Negro y por otro están los “arabelistas” o “carreristas” que son muy pocos leales, pero que podría ser simplemente por el tiempo que dure su mandato. Arabela Carreras tiene la lapicera y eso muchas veces vale más por un lapso de tiempo.

La idea no es romper el foco del Gobierno, porque eso sería un golpe duro para el camino que busca Juntos Somos Río Negro, el partido del cual Alberto Weretilneck es su presidente. Entonces desde dentro del partido buscan realizar operaciones quirúrgicas, sin perjudicar ningún órgano del Gobierno y de JSRN. La idea es sacarse el escollo de Carreras, por lo que la gobernadora ya empezó con el armado de su propia tropa tanto en Bariloche como en Viedma.

Por ahora diremos solo algunos nombres propios, pero que realmente sus leales son muy pocos, porque la gran mayoría de dirigentes territoriales con propia bancada son del “brujo”. Ciertas instituciones y medios de comunicación están alineados con el ex gobernador, es por eso que, en la actualidad, Carreras carece de territorialidad y de órganos importantes en el territorio rionegrino para hacerle frente en el 2023 en una posible interna a Alberto Weretilneck.

La gobernadora se encuentra desesperada en poder obtener un poco más de representatividad en la Provincia y poder gobernar a su antojo, como indican sus gritos en los pasillos de casa de Gobierno, donde dice “soy la gobernadora”, a modo de interpelar que las decisiones las toma ella y nadie más. En estás cuestiones hubo algunos que se aliaron con Arabela para hacerle frente al equipo de Weretilneck, uno de ellos fue el ministro de Gobierno, Rodrigo Buteler, persona que dispuso Alberto para seguir la misma lógica de la anterior gestión, pero a la primera de cambio el polémico Buteler se dio vuelta y empezó a jugar su propio juego.

Eso no cayó muy bien en el ex gobernador quien lo tildó de traidor y mal agradecido. En cambio, Buteler dijo lo mismo que dice la gobernadora, “yo soy el ministro”. Es así entonces, lo que son las deslealtades con el afán de tener un poco de poder fugaz, donde son capaces de romper todo lo pactado y ejecutar sus propias decisiones.

De esta manera, la tropa de Arabela Carreras es ínfima, casi no tiene dirigentes en la Provincia que la acompañen, tampoco los medios de comunicación y todo recae a modo de un dicho, “el rey está desnudo”. En este caso, dicha frase funciona muy bien para la mandataria barilochense, que a modo de convencer a que se unan bajo sus propias alas, no vendría por buen camino y por ahora es una dirigente que no tiene vuelo propio y difícilmente lo tendrá.

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