La ciudad de San Carlos de Bariloche es una de las ciudades turísticas más pujante de Latinoamérica, en tiempos normales vacacionaban tanto en invierno como en verano, millones de turistas de todas partes del mundo y del país. Ante la crisis desatada por la pandemia del Covid 19, entro en una debacle total a nivel económico por la imposibilidad del ingreso de visitantes. Tal es así que el Gobierno de la Provincia de Rio Negro dejo de obtener ese tan preciado caudal de recaudación que en tiempos normales brindaba la localidad andina.
El problema radico fuertemente en el 2020, donde el sector empresario, gastronómico y turístico de Bariloche tuvo una fuerte crisis que poco se pudo soportar. Durante el verano se vio movimiento pero lo más importante que tiene la ciudad es la temporada de invierno, donde si en este 2021 para el mes de julio no hay una posibilidad de atraer visitantes, cientos de empresas podrían quebrar y se prevé una pérdida de empleo sideral, llegando a una desocupación de más del 50 por ciento en todo Bariloche.
La ciudad de San Carlos de Bariloche, representa para el PBI rionegrino, el 30 por ciento y para el país representa un ingreso del 10 por ciento en dólares que se obtiene en un año normal. En el 2020 dejaron de ingresar a Bariloche turistas de distintas partes del mundo, también del país y este año con la escalada de contagios en la región, solo un milagro podría salvar a Bariloche para poder tomar impulso y que así no quiebren vastos sectores que pujan a la Ciudad y a la Provincia.
Ante la escalada de contagios por el Covid 19, la ciudad siempre tuvo visitas de distintas provincias de la Argentina, pero mayoritariamente son de Capital Federal, Santa Fé y Córdoba, ya que son los territorios más poblados del país. Otro punto importante es que los viajes de egresados por ahora no estarán habilitados para la temporada de invierno, por lo que si sumado a la imposibilidad del ingreso de turistas de distintos ciudades del territorio nacional y de otros países, Bariloche podría entrar en una quiebra privada a niveles catastróficos.
En consonancia a lo ocurrido, la preocupación en radica en un amplio espectro, pero por sobre todo al intendente de Bariloche, Gustavo Genuso, que pide a gritos salvar la situación. Si no se toman cartas en el asunto, la localidad rionegrina podría perder una gran fuente de empleos y desatar una desocupación a niveles históricos. De hecho lo que dicen desde distitnos sectores económicos, es que si este invierno no pueden ingresar turistas, cientos de empresas podrían quebrar y no existe un plan de salvataje financiero para las mismas.
El Gobierno nacional no hizo una mención alguna para favorecer al sector más allá del Repro II, que directamente no impacta de gran ayuda a las empresas como tampoco a los pequeños y medianos comerciantes. En igual manera, el Gobierno de Arabela Carrera no favoreció a los sectores en crisis, solo a modo de favorecer la temporada impuso restricciones luego de semana santa, pero nunca habló sobre bajar los ingresos brutos o dar un alivio financiero. Un municipio como el de Bariloche, no tiene el dinero para afrontar tal semejante crisis, por lo que parece que hay pocas alternativas para que la ciudad no entre en una quiebra total y se pueda salvar.
Se presume que empresas ya se fueron y se irán de la ciudad si no hay una posibilidad de reactivar la temporada invernal para este año, eso provocaría perdidas laborales, baja recaudación y un desanimo de crisis muy difícil de soportar.
Los días están contados y es hora de hacerle frente al gran problema con medidas económicas fuertes tanto a nivel nacional como provincial. El hecho de que las grandes provincias de la Argentina tengan una escalada mayor de casos y de que en Bariloche tampoco bajen los contagios y las muertes, es el fin de una crónica anunciada para una de las ciudades más turísticas del país.
