Si algo no funciona en Río Negro desde que asumió la Gobernadora es la gestión que se fue transformando en pésima a través de los años y en casi el 75 por ciento de su administración recae a niveles de desaprobación. En Educación, en Economía, en lo social, en Seguridad y en Transporte, hacen agua por todas partes.
Desde que Arabela Carreras asumió el 10 de diciembre del 2019, se encargó de tomar la mayor cantidad de poder de su antecesor, Alberto Weretilneck, que casi compartía los mismos funcionarios en la gestión.
A los pocos meses llegó la pandemia y fue un duro castigo por lo que el modo de gestionar se complicó en todos los ámbitos, pero así y todo comenzó a echar a ministros y secretarios leales a Weretilneck para armar su propia cúpula gobernante.
Las peleas con el político más poderoso de la Provincia, quien la llevó a ser Gobernadora, fue la peor estrategia que se le pudo haber ocurrido a Carreras. El echar a algunas de las personas de mayor confianza de W, que era el ministro de Economía, Agustín Domingo, abrió la grieta interna y el diálogo se detuvo. Eso causó que con el pasar de los meses, la crisis económica, el endeudamiento y las pésimas políticas implementadas por la mandataria, hicieran que su imagen positiva recayera en más de 20 puntos desde el comienzo de la gestión.
Las promesas de la modernización del Estado y el dejar de atisbar al Gobierno de gente no las cumplió. Tampoco lo hizo con obras y un modo de gestionar novedoso como había prometido.
En los aspectos económicos luego de salir de la presión de la cuarentena, la recaudación fue óptima en la provincia y el turismo ayudó a apuntalar los márgenes negativos de la pandemia, pero ya con el cambio de ministro de Economía y el administrarlo a su antojo, los gastos innecesarios y la deuda creció, muchas obras se paralizaron y el Gobierno actual ya no tiene margen ni poder de maniobra, algo muy parecido a lo que ocurre a nivel nacional con Alberto Fernández.
A 6 meses de las elecciones, el panorama ya es certero, Arabela Carreras no será candidata a la reelección dentro del oficialismo, tampoco a diputada nacional y podría perder la posibilidad de ser candidata a intendenta de Bariloche.
El fortalecimiento del partido que Gobierna es manejado para y exclusivamente por Alberto Weretilneck, él es quien tiene la llave de atraer a otros dirigentes políticos para sumar y engrosar al partido, dejando a quienes no funcionaron y lo “traicionaron” en la gestión por pararse al lado de Carreras, quien decía tener el poder solo por el uso de la Lapicera.
En este transcurso de casi tres años, la mala praxis también llevó a una muerte de una de las asesoras más allegadas a la mandataria, con poca regulación y un desorden total, los traslados per Provincia llevaron a varios accidentes y provocando daños irreparables en personas. Los choferes del Gobierno no cuentan con carnet de conducir profesionales, los autos oficiales los manejan empleados comunes y el manejo a altas velocidades es debido a la presión de la Gobernadora por querer “ahorrar” dinero en cuestiones chicas, apurando los viajes y así produciendo accidentes.
Se podrían recabar miles de acciones que el Gobierno de Carreras no cumplió con las expectativas. En materia económica está demostrado lo pésima que es, en Seguridad la pelea con el intendente de Viedma, Pedro Pesatti, por el accionar policial, es una clara muestra de poder que hace eco en la gestión.
Por último, en Educación, se descubrió desvío de fondos que hizo renunciar a la ministra Jara Tracchia, puesta por la misma gobernadora, en obras de infraestructura las paralizó a todas por quedarse sin presupuesto y en materia Transporte está a la vista, donde se produjo la muerte de una chica de 28 años y que un ministro hoy esté luchando por volver a caminar.
