Política
Se re picó

La cruzada de Carreras expone la interna del oficialismo rionegrino en Bariloche

Arabela Carreras, gobernadora de Río Negro. (Dibujo: NOVA)

San Carlos de Bariloche plantea un escenario inédito para Juntos Somos Río Negro (JSRN) por la interna entre la gobernadora Arabela Carreras, decidida a ir por la Intendencia con la chapa de su cargo provincial en la mano y enfrentada con la dirigencia de la política local que ha manifestado su intención de competir por el manejo del Centro Cívico; y el gobernador electo Alberto Weretilneck, que imagina un horizonte prelectoral muy distinto hasta los comicios municipales.

“Yo soy la gobernadora y tengo que ser la candidata a intendenta”, expresó Carreras instando a bajarse a los otros precandidatos de JSRN. Ninguno de los cuatro postulantes dio señales de querer bajar y, lejos de allanarle el camino, tres la desafiaron públicamente a una interna en Bariloche, la ciudad más populosa de Río Negro y que por carta orgánica vota el primer domingo de septiembre.

“Que no me vengan a chapear con el cargo. No importa el cargo. Acá parece que los egos son más importantes que el consenso. ‘Soy tal y quiero ser’ no sirve. Acá vale la perspectiva de gestión, el cara a cara con los vecinos y el trabajo territorial”, le respondió Juan Pablo Ferrari, secretario de Desarrollo municipal y uno de los precandidatos, en declaraciones.

El diputado nacional Agustín Domingo, otro precandidato a la jefatura comunal barilochense, también salió a cruzarla: “Me tiene sin cuidado lo que diga Arabela, no tengo opinión de lo que dice. Faltan dos meses para ponernos en marcha, no hay que hablar de candidaturas sino trabajar en lo que cada uno debe trabajar”, dijo.

Estas declaraciones van en línea con la opinión del intendente Gustavo Gennuso, virtual jefe territorial tras dos mandatos, que ya le había sugerido a la gobernadora que se enfoque en la gestión y no se anticipe con la campaña. Carreras le contestó lamentando la falta de apoyo de su partido y criticando la “masculinización muy fuerte de la política” en el manejo de la interna partidaria.

Ante esa afirmación de la gobernadora, la jefa de Gabinete, Marcela Abdala, otra precandidata, reaccionó y le recomendó que no se victimice: “Hablar de masculinización de la política en ocasión de un debate público es descalificar y banalizar la enorme lucha que hemos tenido las mujeres para ocupar espacios de poder”.

En esa línea, Ferrari también sumó su voz considerando que Carreras “es inconsistente” y que “si fuera por eso, ella no hubiera llegado al máximo cargo que tiene JSRN en la provincia”.

El legislador Juan Pablo Muena, también precandidato, fue quien primero se lanzó a la campaña. Inició su proselitismo el año pasado, con una actividad intensa en los barrios y entre organizaciones sociales, a la que sumó acciones fuertes de redes y reflejo mediático.

Contrariado por Carreras, Weretilneck propició las elecciones internas y dejó a su suerte a la sucesora que no sólo lo desafió en su autoridad sino que además no lo acompañó en la campaña reciente.

“Parecemos una bolsa de gatos. Tenemos que juntar la tropa, dejarnos de joder. Sin definirnos entre nosotros le estamos haciendo el ‘caldo gordo’ a la señora”, se quejó un hombre de confianza del senador opuesto a la jefa provincial.

Así cruje, por primera vez, la unidad monolítica del oficialismo, que desde hace una década gobierna la provincia y desde hace ocho años Bariloche, sin mucha fuerza opositora. Incluso saltó la grieta y se impuso al Frente de Todos y Juntos por el Cambio en las elecciones nacionales de 2021.

“El eje de la discusión es que debemos seguir gobernando para solucionar los problemas de la gente y no es momento de dedicarnos a la campaña”, dijo Abdala, coincidiendo con Ferrari y Gennuso. En tanto, Domingo levanta declaraciones electorales para sus posteos y en declaraciones, busca referirse a otros temas.

Eso no es casualidad. Mediciones de opinión pública de JSRN indican que la comunidad tiene un malestar fuerte con los políticos y las elecciones. “Es muy baja la aceptación y tolerancia a los políticos, hay hartazgo”, reconoció un asesor de Weretilneck.

Ese panorama fue especialmente sensible para la semana del 3 de mayo, cuando Bariloche celebró su aniversario y la gobernadora elevó su protagonismo público. También en esos días se conoció una proyección anual de la inflación del 126 por ciento. Un escenario muy hostil a la política. Con ese estruendo de fondo, en el partido “nadie mide bien, no pasan el 18 por ciento, es para tomar con pinzas”, evalúan, vislumbrando un voto castigo montado en una abstención fuerte.

En ese contexto quienes buscan postularse para la intendencia barilochense trabajan en el territorio en silencio y con extrema cautela. Abdala y Ferrari tienen más exposición por la función pública, e intentan no mezclar cuestiones electorales con el trabajo público. Ya en dos oportunidades la jefa de Gabinete reemplazó al intendente por viajes y sólo se mostró en asuntos municipales.

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