En la capital provincial fue del 6,12 por ciento según un relevamiento propio de la zona. En Viedma, se mide la inflación y es siempre similar a nivel nacional, pero en este caso en el mes de marzo, la inflación fue del 6,12 por ciento y la suba de los alimentos representa más 22 por ciento en los tres primeros meses del año, provocando una fuerte suba de los precios.
El Gobierno no hace nada al respeto y si bien en Río Negro, precisamente en la Capital, los precios se disparan aún peor que en otras regiones del país, pese a eso hay que remarcar que tiene el combustible más barato que en otras provincias.
La suba de precios impacta fuertemente en los bolsillos de los rionegrinos y con las paritarias por debajo de la inflación. Los aumentos salariales se reflejaron solo entre un 22 y un 24 por ciento en el primer semestre, asumiendo que los asalariados podrían perder más de un 15 por ciento contra la inflación.
Los aumentos de los precios pulverizan el poder adquisitivo de la población, al menos de la capital, donde los comercios venden menos. Solo en la actualidad, Río Negro es alimentado por el turismo que aporta más en recaudación por ingresos brutos en temporadas estacionales, que la vida continua en sí durante todo el año. La economía se vuelve mas en “negro”, solo por la culpa de unos funcionarios que deciden hacerle la vida imposible a los trabajadores y comerciantes.
